miércoles, 1 de diciembre de 2010

Qué leer

Ahora que llegan las vacaciones estivales, y como marca nos cánones, tenemos que regalarnos cositas, si no, no somos buenos cristianos, o como os defináis cada cual, yo a "motu propio" voy a recomendar un libro.
Edmond Rostand, no es que sea mi autor favorito, que no lo es, pero su obra universal Cyrano de Bergerac, si que es una de las novelas que mas me gusta leer, porque la leo y la leo, y la leo....
Sobre todo, por el carácter que le da a su personaje principal, Cyrano, por como es, como se desenvuelve y desde luego como habla, esos versos tan afilados como su espada o su nariz.
Los versos de la salida del teatro son exquisitos, pero el que mas me gusta por todo lo que conlleva es el que le regala a Roxana, su primo Cyrano por boca de su amado Cristián, pero quiero dejaros la escena casi completa porque sinceramente no tiene desperdicio.

Roxana.- (Adelantando por el balcón). ¿Sois vos?
Cyrano.- Yo soy.
Roxana.- Y hablabais de.... de un...
Cyrano.- Beso.

Dulce fuera el vocablo en vuestra boca, mas no lo pronunciáis. Si os quema el labio, ¿qué no haría la acción? Sed generosa, venced vuestro temor... Sin daros cuenta, ha poco os deslizasteis sin zozobra de la risa al suspiro y del suspiro al llanto... Deslizaos más ahora y llegaréis al beso sin notarlo, pues la distancia entre ambos es tan poca que un solo escalofrío los separa.

Roxana.- ¡Callad!

Cyrano.- Al fin y al cabo, ¿qué es, señora un beso?
Un juramento hecho de cerca;
un subrayado de color de rosa que al verbo amar añaden;
un secreto que confunde el oído con la boca;
una declaración que se confirma;
una oferta que al labio corrobora;
un instante que tiene algo de eterno y pasa como abeja rumorosa;
una comunión sellada encima del cáliz de una flor;
sublime forma de saborear el alma a flor de labio y aspirar del amor todo el aroma.

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