lunes, 13 de diciembre de 2010

¿Qué vale más?

¿Qué vale más?
¿La buena fama o el buen perfume?
¿Vale más el día en que se muere o el día en que se nace?
¿Vale más ir a un funeral o ir a divertirse?, pues la muerte es el fin de todo, y los que viven debieran recordarlo.
¿Vale más llorar o reír?, pues podrá hacerle mal al semblante pero le hace bien al corazón.
¿Vale más pensar en la muerte o en divertirse?
¿Vale más terminar un asunto o comenzarlo?
¿Vale más ser paciente o ser valiente?
No te dejes llevar por el enfado, ni la ira, ni los malos modos, porque todo eso es propio de gente necia.
Nunca te preguntes por qué todo tiempo pasado fue mejor, pues no es una pregunta inteligente.
Cuando te vaya bien, disfruta del bienestar; pero cuando te vaya mal, ponte a pensar que lo uno y lo otro son cosa tuya y que nunca sabemos lo que nos traerá el futuro.
Durante esta vana ilusión que es la vida, he visto a personas buenas que mueren a pesar de ser así, y mala gente que a pesar de su maldad viven muchos años.
No hay que pasarse de bueno ni tampoco pasarse de listo. ¿Para qué arruinarse uno mismo?
No hay que pasarse de malo ni tampoco pasarse de tonto. ¿Para qué morir antes de tiempo?
Lo mejor es agarrar bien esto sin soltar de la mano aquello.
Sin embargo, nadie en la tierra es tan perfecto que haga siempre el bien y nunca se equivoque.
No hagas caso de todo lo que se dice, y así no oirás cuando tus amigos o tus enemigos hablen mal de ti. Aunque también tú, y lo sabes muy bien, muchas veces has hablado mal de otros, incluido a tus amigos.

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